Creemos que la vida se vive mejor cuando estamos conectados con Jesús y que todos deberían tener la oportunidad de tener una relación personal con Él. Creemos que una relación con Jesús nos permite pertenecer a una familia de creyentes. Que, como seguidores de Jesús, propongamos llegara ser cada día más como Él. Y que deseamos construir Su Reino para que todos tengan la oportunidad de experimentar el amor incondicional y la esperanza que proviene de una conexión diaria con Jesucristo.
Creemos es un Dios, existiendo eternamente en tres personas iguales: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios Padre es el creador de todas las cosas visibles e invisibles.
Génesis 1:1; Hechos 17:24-28; Hebreos 11:3
Creemos en Jesucristo, el único Hijo de Dios, nuestro único Salvador. Nació plenamente humano y plenamente divino, concebido de Espíritu Santo y de la virgen María. Sufrió y fue crucificado; murió y fue sepultado; y resucitó corporalmente de entre los muertos al tercer día. Jesús ascendió al cielo y ahora está sentado a la derecha del Padre y regresará a la tierra para juzgar tanto a los vivos como a los muertos.
1 Juan 4:9; Lucas 1:26-38; Juan 1:1, 17
Creemos que el ministerio del Espíritu Santo es glorificar al Señor Jesucristo y, durante esta era, convencer a los hombres, regenerar al pecador creyente, habitar, guiar, instruir y empoderar al creyente para una vida y un servicio piadosos.
Creemos que toda la Biblia es la Palabra inspirada de Dios dada a todas las personas (tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento). Los hombres ungidos fueron inspirados por el Espíritu a escribir las palabras de las Escrituras. Por lo tanto, la Biblia no tiene errores en sus escritos originales y se debe creer en todo lo que enseña, obedecer en todo lo que instruye y confiar en todo lo que promete.
2 Timoteo 3:14-16; 2 Pedro 1:20-21; Salmo 119
La iglesia es el cuerpo de Cristo y está compuesta de personas que han sido justificadas por la gracia de Dios mediante la fe en Cristo. Nuestro propósito es adorar a Dios, hacer discípulos, equipar a otros para el ministerio y extender la misericordia de Cristo al mundo.
Efesios 1:14, 4:11-16; I Cor. 12:12-28; Hechos 1:8; Lucas 6:35-36
Creemos en el inminente regreso personal de nuestro Señor Jesucristo a la tierra en un momento que sólo Dios conoce para establecer plenamente Su Reino. Esta "Esperanza Bendita" informa a los cristianos a vivir, trabajar y servir llenos de esperanza en nuestro mundo de hoy.
Isa. 65:17-25; I Tes. 4:13-5:11; Apocalipsis 19:11-21
El bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas para la iglesia que fueron instituidas por Cristo mismo durante Su vida. Estas dos prácticas recuerdan físicamente a los creyentes la obra salvadora de Jesús; por tanto, confirman y nutren al creyente. Practicamos el bautismo en agua por inmersión después de la confesión de fe de una persona que actúa como un paso de obediencia a Jesús que indica la fe salvadora. Tomamos la Cena del Señor semanalmente para recordarnos el propósito y la unidad que tenemos al reunirnos en adoración a Cristo.
Creemos que Dios creó a los hombres y a la mujeres a su imagen y que le importan profundamente. Sin embargo, debido al poder del pecado sobre todas las personas en su naturaleza y a través de sus elecciones, hemos sido separados de Dios. Como resultado, todos necesitamos un Salvador y Redentor que reconcile esta separación de Dios.
Génesis 1:26-27; Romanos 3:9-10, 5:6-11
Creemos que la Biblia enseña que la salvación y el perdón de los pecados se logra sólo por la gracia de Dios a través de la muerte de Jesucristo en la cruz y la resurrección victoriosa. Cualquiera que crea en su corazón y confiese con su boca que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos para el perdón de sus pecados será salvo y experimentará la vida eterna con Dios. Dios declara justo al pecador creyente sobre la base de la sangre de Cristo. La justificación es un don dado por la gracia de Dios, no por obras, y tiene lugar en el momento en que el individuo tiene fe en Cristo.
Romanos 3:24, 4:2, 5:1, 10:9; Efesios 2:8-9
Creemos que la Biblia enseña que una vez que una persona ha recibido la gracia de Dios al poner fe en Cristo, comienza el proceso de santificación de toda la vida, cuando los individuos se arrepienten de sus pecados y son bautizados por inmersión. El proceso de santificación continúa a lo largo de la vida del creyente a través de la obra del Espíritu Santo a medida que somos transformados a la imagen de Cristo. La evidencia de este proceso en curso es doble. La evidencia interna es el testimonio director del Espíritu Santo. La evidencia externa es el fruto del Espíritu.
2 Corintios 3:18; Romanos 8:16; Gálatas 5:22-23
El matrimonio es una institución establecida por Dios mediante la cual un hombre y una mujer entran en una relación de pacto para toda la vida. Permite que tanto el marido como la mujer atiendan las necesidades espirituales, físicas y emocionales del otro. Proporciona el contenido bíblico para la procreación de los hijos. El matrimonio debe ser una vínculo exclusivo entre un hombre y una mujer que se mantiene en pureza y fidelidad. La intención de Dios es dar testimonio al mundo del amor entre Cristo y Su Iglesia.